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La inteligencia artificial (IA) ha marcado un hito en la historia contemporánea, hasta el punto de ser considerada por muchos como la tecnología de la nueva revolución industrial. Desde la creación de chatbots capaces de generar textos jurídicos hasta diseñar rutinas de entrenamiento adaptadas a cada usuario, la IA ha transformado radicalmente nuestras expectativas tecnológicas.

Uno de los pilares fundamentales de esta revolución es lo conocido como inteligencia artificial generativa (IAG), un método de aprendizaje que se nutre de la información proporcionada por los usuarios para ofrecer respuestas cada vez más precisas. Sin embargo, este avance tecnológico no está exento de desafíos, especialmente en lo que respecta a la protección de datos, la propiedad intelectual y la necesidad de regulación específica en la materia.

Reglamento de Inteligencia Artificial

El miércoles 13 de marzo de 2024, la Eurocámara del Parlamento Europeo aprobó el reglamento para regular la inteligencia artificial (IA) con un contundente respaldo de 523 votos a favor, 46 en contra y 49 abstenciones.

El nuevo reglamento, aún está sujeto a una última comprobación jurídica-lingüística antes de su aprobación definitiva, con la que se pretende sentar las bases para la regulación de la IA en el mercado europeo.

Es innegable que la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, superando con creces la capacidad de adaptación de la legislación. No obstante, al igual que ocurrió con la implementación del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) entre 2016 y 2018, el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial marca ya el inicio de un nuevo «Boom Normativo».

Desde VERVO, consideramos que el verdadero desafío al que nos enfrentamos para garantizar una protección efectiva de los derechos radica en establecer bases sólidas a nivel regulatorio capaces de resistir el rápido avance de la tecnología. En este contexto, al igual que en el ámbito de la protección de datos personales, creemos que el análisis de riesgos en función de la operativa de cada negocio y la toma de decisiones informadas basadas en los resultados obtenidos se planteará como herramienta clave de cumplimiento de los requisitos del nuevo reglamento.